viernes, 8 de abril de 2016

Satélites Geoestacionarios



Los satélites artificiales nacieron a partir de la carrera tecnológica realizada entre Estados Unidos y
la extinta Unión Soviética a mediados del siglo XX, siendo los segundos los que lograron lanzar con
éxito, el día 4 de octubre de 1957, al primer satélite artificial, el llamado Sputnik I. A partir de este
importante avance tecnológico, el desarrollo de satélites ha ido avanzando cada vez más rápido.
Cinco años después, el lanzamiento del satélite Telstar I, el primer satélite de comunicaciones activo,
marcaría el inicio de las comunicaciones vía satélite creando el primer enlace televisivo internacional.
Hay una gran variedad de satélites, ya sea por el tipo de órbita, por su tamaño, por su peso, por la
distancia respecto a la Tierra, etc. Sin embargo hay un cierto tipo que, de acuerdo a sus características
especiales, es muy utilizado para los servicios de comunicaciones, los llamados satélites geoestacionarios.
Gracias a los satélites geoestacionarios, se puede tener una amplia cobertura de zonas terrestres
que son de difícil acceso, por lo que no se podría llegar a ellos utilizando otros medios, por ejemplo
fibra óptica. Se utilizan para la radiodifusión, la telefonía móvil, la transmisión de datos a altas
velocidades, entre muchas otras aplicaciones que, en la actualidad, son indispensables para la
sociedad.